Se
agrava la salud de Facundo Molares, el reportero argentino preso en Bolivia
Hace casi tres meses el gobierno golpista de Añez
mantiene ilegalmente detenido al fotorreportero, quien perdió la visión de un
ojo. Su compañero Leo Juárez cuenta los hechos. Exigen respuestas al canciller
Felipe Solá.
La vida de Facundo Molares está en
peligro, fotorreportero de la revista digital Centenario detenido e
incomunicado por los golpistas bolivianos desde el 15 de noviembre pasado.
En momentos en los que se hallaba en
Bolivia realizando una labor periodística, Facundo Molares sufrió una
descompensación producto de una afección renal, por lo que se vio obligado a
solicitar asistencia médica primero, y luego, una vez constatado el grave
cuadro que presentaba, hubo de ser internado en un hospital. Todo ello, en
medio del caos desatado por el golpe contra el gobierno de Evo Morales. Una vez
internado, las fuerzas represivas del gobierno de facto aprovecharon la
situación para detenerlo acusándolo con falsedades, con el único y evidente fin
de perseguir a opositores y periodistas no alineados con los golpistas.
Como miembro del equipo de la Revista
Centenario, Facundo viajó a Bolivia para cubrir todo lo referido al proceso
electoral. Allí, pudo constatar que dicho proceso se perfilaba complicado, con
las fuerzas de la derecha desarrollando una sostenida campaña de violencia y
amenazas. Durante el transcurso de esa campaña, Facundo fue recopilando
información sobre encuestas, análisis políticos y notas periodísticas que ya
daban una idea aproximada de la polarización del electorado.
Después del 25 de octubre, fecha en la
que se llevaron a cabo las elecciones presidenciales, los hechos de violencia
fueron incrementándose a modo de escalada. Como antesala del golpe que
sobrevendría a los pocos días, fue que se produjeron los enfrentamientos en el
puente de Montero, ciudad del norte de Santa Cruz, entre movimientos sociales y
grupos paramilitares de la derecha santacruceña. Facundo Molares acudió hasta
ese lugar con el fin de cubrir los hechos para la revista, intención que no
pudo llevar a cabo ya que todo el material se extravió o quedó en manos de las
fuerzas represivas.
Desde hacía algunos días, Facundo
presentaba determinados síntomas que, en apariencia, no presuponían un cuadro
grave. Sin embargo, se iban agudizando los signos de su enfermedad a tal punto
que se vio obligado a realizar una consulta médica para determinar el origen de
la afección. El diagnóstico dio como resultado una severa insuficiencia renal,
por lo que su salud comenzó a deteriorase y hubo de ser internado con urgencia
en el Hospital Japonés de Santa Cruz de la Sierra, quedando en terapia
intensiva y en coma farmacológico.
Frente a la desesperante escena que se
presentaba, con las calles controladas por las fuerzas de choque de la
burguesía santacruceña y los medios de comunicación bloqueados, su padre, Hugo
Molares, decide viajar junto a su pareja para hacerse presente con el fin de
velar por la salud de su hijo y colaborar con su cuidado. Sin embargo, sólo
llega a verlo por unos breves minutos. Facundo se encontraba internado como NN.
En el momento en que Hugo Morales asistía a su hijo, un grupo policial se hace
presente en el nosocomio para detenerlo a él y a su pareja y para poner bajo
custodia a Facundo.
Hugo y su compañera son detenidos y conducidos
a una comisaría de Montero, allí se los aísla y se los somete a todo tipo de
maltratos. Al liberarlos después de 25 horas, les ordenan abandonar
inmediatamente el país bajo la amenaza de ser masacrados.
Quieren que su pasado lo condene
Facundo es oriundo de la localidad de
San Miguel de la provincia de Buenos Aires, desde su juventud fue un ser humano
comprometido con las causas sociales y con la convicción política de un futuro
digno e inclusivo. Bajo este compromiso decide ingresar a la militancia en la
Federación Juvenil Comunista tomando responsabilidades en varios frentes
estudiantiles, hasta que años más tarde toma la decisión de emprender un viaje
por Sudamérica que lo lleva a establecerse en Colombia. Ahí comienza a tener
contacto con la realidad local cuya situación social lo hace ingresar a la
militancia dentro de las FARC, donde desarrolla su actividad de formador
político durante varios años. Con la firma de la paz y la dejación de armas
retorna a la Argentina, legalmente y sin ningún de deuda pendiente con la
justica, donde vuelve a integrarse en las filas del Partido Comunista y al
equipo de la Revista Centenario.
Es la historia de Facundo la que utiliza
el gobierno de Añez para armar las denuncias en su contra, utilizando teorías
conspirativas colmadas de relatos ficticios. Estas mentiras jurídicas responden
a la necesidad de los golpistas de impedir el retorno de Evo Morales al
gobierno, relacionando a Facundo con un supuesto grupo de choque del MAS para
generar actos de violencia con el fin de provocar una sedición.
Todo el armado de la causa por la que
tienen detenido a nuestro compañero no es más que un acto de persecución de la
dictadura para someter al propio pueblo boliviano. El hecho de que el MAS haya
sido desplazado del gobierno por fuerzas estatales y paraestatales, mientras se
somete al pueblo a una violencia constante para impedir que en las próximas
elecciones vuelva a triunfar la misma fuerza política que gobernaba el país
antes del golpe, deja al desnudo la falsa acusación de sedición y de asociación
ilícita que pretende atribuírsele a nuestro compañero.
Violación de los Derechos Humanos
Mientras Facundo lograba salir del coma
inducido, el 29 de noviembre se le dicta la prisión preventiva sin traslado
hasta que los médicos responsables de su situación le dieran el alta.
Desconociendo la orden del juez y toda
convención sobre Derechos Humanos, el 2 de diciembre se hizo presente una
patrulla con un certificado médico falso y con una orden de traslado a la
penitenciaría de Palmasola. Casi sin ropas y sin calzado fue alojado sin el
conocimiento del cónsul argentino, Roberto Dupuy, quien era el único que tenía
acceso a Facundo durante su internación.
Al poco tiempo vuelve a ser trasladado
al penal de máxima seguridad de Chonchocoro en la región de La Paz, sin ningún
tipo de asistencia médica ni contacto con familiares o asistentes legales de
parte.
Hasta el día de hoy Facundo se encuentra
recluido sin los cuidados mínimos y sin ningún tipo de respeto por sus
derechos, ni a ningún tipo de contacto con el mundo exterior.
Las noticias de última hora que nos
llegan a través de un abogado que logró contactarlo en el penal son más que
angustiantes: Facundo sufre de pérdida total de visión en un ojo y se agrava
considerablemente su estado físico y mental por falta de atención médica. A
ello se suma la amenaza de una recompensa para terminar con su vida dentro de
la cárcel. Así de despiadado y perverso es el entramado jurídico legal que el
gobierno de Añez y sus acólitos pretenden montar.
No está solo
Desde distintos países de todos los
continentes han hecho llegar la solidaridad para nuestro compañero. En Argentina
se ha conformado una Coordinadora de Solidaridad por la libertad de Facundo,
integrada en su mayoría por partidos políticos y agrupaciones sociales del arco
popular.
La Coordinadora viene llevando adelante
múltiples tareas tanto en el ámbito institucional, como en el comunicacional.
Se han presentado distintas denuncias a los organismos internacionales como la
ONU. la CIDH y presentaciones en la Cancillería Argentina, así como denuncias
en el fuero penal nacional contra quienes usurparon el gobierno de Bolivia.
PEDIMOS LA SOLIDARIDAD DE TODO EL
PUEBLO ARGENTINO Y DE LOS PUEBLOS HERMANOS PARA LOGRAR LA PRESERVACIÓN DE LA
VIDA DE FACUNDO Y SU REPATRIACIÓN A LA ARGENTINA.
¡EXIGIMOS AL GOBIERNO ARGENTINO Y A
LA CANCILLERÍA ESPECIALMENTE, QUE CUMPLA CON SU FUNCIÓN Y SE EXPIDA POR LA
PROTECCIÓN Y POR LIBERTAD DE FACUNDO!
NO VAMOS A CESAR EN LA LUCHA
HASTA QUE VUELVA NUESTRO COMPAÑERO FACUNDO MOLARES.
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